26 mayo 2021

Un estudio demuestra que no siempre es necesario el tratamiento en pacientes con presión intraocular alta.

Escrito por Selina Powell para Optometry Today.

Un nuevo estudio en Estados Unidos ha destacado que pacientes con elevada presión intraocular no siempre necesitan tratamiento para prevenir la pérdida de visión por glaucoma.

La investigación, que fue publicada en JAMA Ophthalmology, describe los resultados del Estudio del Tratamiento de la Hipertensión Ocular. El estudio fue financiado por el National Eye Institute y dirigido por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis.

Fueron monitoreados regularmente un total de 1636 pacientes con presión intraocular alta entre febrero de 1994 y diciembre de 2008. Las observaciones también fueron tomadas después de 20 años de seguimiento.

Inicialmente, los participantes fueron asignados aleatoriamente, ya sea para recibir un tratamiento diario de gotas oculares para bajar la presión, o no recibir tratamiento.

Después de siete años, quedó claro que el tratamiento fue altamente efectivo así que ambos grupos fueron asignados a tratamiento diario.

En el último estudio los científicos examinaron cuáles pacientes desarrollaron glaucoma después de que terminó el período de estudio. Encontraron que uno de cada cuatro participantes tuvo pérdida de visión en al menos un ojo a causa del glaucoma -que fué menos de lo esperado.

El profesor Michael A Kass compartió que tratar la presión intraocular elevada puede ser caro e inconveniente, así que los investigadores quisieron determinar si todos los pacientes con presión intraocular alta deberían ser tratados.

"Con solo un 25% de los individuos en el estudio que tuvieron pérdida de visión en uno o ambos ojos después de todos esos años, ahora sabemos que no todos los pacientes necesitaban ser tratados," dijo.

Durante el curso de la investigación, los científicos identificaron cinco factores que anticipaban si los pacientes estarían en alto riesgo de desarrollar glaucoma: la edad, el nivel de presión intraocular, el grosor de la córnea, la medida de la cabeza del nervio óptico, y otras medidas derivadas del examen del campo visual estándar.

Determinaron que esos factores podrían ser útiles para saber con cuánta frecuencia los pacientes necesitaban ser examinados y si podrían beneficiarse del tratamiento preventivo.

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