08 mayo 2019

Inflamación ocular después de encontrarse con una oruga.

Escrito por Selina Powell para Optometry Today

Médicos de la India describieron el tratamiento que le aplicaron a una niña de 11 años que se presentó al hospital quejándose con un ojo rojo y lloroso.

En un artículo publicado en el BMJ Case Reports, los autores subrayaron que en una reciente visita a su pueblo, la niña accidentalmente frotó una oruga que caminaba por su cara.

En un examen minucioso, los médicos descubrieron muchos pelos de oruga incrustados en su córnea con la presencia de un defecto en el epitelio, así como pelos alojados debajo de su párpado.

Su agudeza visual era de 20/40 en el ojo derecho y 20/20 en el ojo izquierdo. El tratamiento incluyó remover los pelos con una aguja fina usando un biomicroscopio. Su ojo derecho fue tratado con antibióticos tópicos, esteroides y lubricantes después del procedimiento.

Una semana después del tratamiento los síntomas de la paciente se resolvieron y la agudeza visual en el ojo derecho volvió a 20/20.

Los autores explicaron que los pelos de la oruga pueden migrar al interior del tejido en el transcurso del tiempo y causar inflamación debido a la liberación de la toxina thaumatopina.

“Por lo tanto, la cuidadosa remoción de todos los pelos es esencial para prevenir complicaciones como la migración de esos pelos en el segmento posterior,” subrayaron.

Referencia

Foto de Myriams