20 junio 2012

Los ojos de la Langosta Mantis

La langosta mantis tiene una manera única de ver. Mientras que las águilas son famosas por su visión, los ojos más increíbles de cualquier animal pertenecen a la langosta mantis. Ni mantis ni langsota, estos pequeños pugilistas invertebrados son ya reconocidos por su compleja visión. Ahora, un grupo de científicos ha encontrado que ellos usan un sistema visual que nunca antes ha sido visto en otro animal, y que les permite intercambiar mensajes secretos.

Para la langosta mantis no son raros los records mundiales. Son famosas por sus poderosos brazos, los cuales pueden lanzar el más rápido puñetazo del planeta. El brazo puede acelerar a través del agua a más de 10,000 veces la fuerza de la gravedad, creando una onda de presión que hierve el agua frente a él, y eventualmente golpea a su presa con la fuerza de una bala de rifle. Tanto las conchas de los cangrejos como el cristal de los acuarios se hacen añicos fácilmente.

Tan impresionantes como sus brazos, los ojos de la lagosta mantis son incluso más increíbles. Están montados en unos tallos móviles que pueden moverse de manera independiente uno de otro.

La langosta mantis puede ver objetos con tres partes diferentes del mismo ojo, dándole una “visión trinocular” así que a diferencia de los humanos que perciben mejor la profundiad con dos ojos, estos animales pueden hacerlo perfectamente bien con cada uno de sus ojos.

También su visión de colores excede con mucho a la nuestra. La sección media de cada ojo (MB) consiste en seis tiras paralelas. Las primeras cuatro estrán formadas con ocho tipos diferentes de células fotosensibles que contienen pigmentos que responden a diferentes longitudes de onda. Con estos, el espectro visible de la langosta mantis, se extiende más allá del infrarojo y el ultravioleta. Pueden incluso usar filtros para sintonizar cada fotorreceptor individualmente de acuerdo a las condiciones locales de luz. La quinta y sexta hilera de la banda central contienen fotorreceptores especializados para detectar la luz polarizada.


Normalmente, la luz se comporta como una onda que vibra en toda dirección posible a medida que se mueve. En comparación, la luz polarizada solo vibra en una dirección -como si pegáramos una cuerda a una pared y la sacudimos hacia arriba y abajo.

La luz también puede viajar en forma de hélice, moviéndose como un rayo en espiral que a veces gira hacia la derecha o hacia la izquierda. Este fenómeno es conocido como “polarización circular”. Tsyr-Huei Chou de la Universidad de Maryland encontró que el ojo de la langosta mantis contiene la única célula conocida en el reino animal que puede detectarla. Nuestra tecnología puede hacer lo mismo, pero lo langosta mantis nos superó desde hace 400 millones de años.

Cada fotorreceptor de la langosta mantis contiene siete células llamadas rhabdoms acomodadas en un cilindro, y cada una de ellas tiene miles de pequeñas proyecciones llamadas microvilli. En los receptores que son sensibles a la luz polarizada, los microvilli están todos acomodados en una dirección, creando un pequeño espacio a través del cual solo la luz que vibra en ciertos planos puede pasar. Tres de los siete rhabdoms son sensibles a la luz polarizada en un plano y los otros cuatro son sensibles a un plano que es perpendicular.

Cuando Chiou registró la actividad eléctrica de los siete rhabdoms, encontró que algunos eran solo sensibles a la polarización circular hacia la derecha , y otros solo respondían a la polarización circular hacia la izquierda. Así, en teoría, la langosta mantis puede no solo detectar la luz con polarización circular sino que también puede saber en qué dirección está girando.

Chiou brinda evidencia posterior de esta habilidad entrenando a la langosta mantis para asociar cada dirección de la luz con polarización circular a un premio en comida. Después de las lecciones, le daba a escoger entre dos recipientes de comida que reflejaban la luz polarizada circularmente en diferentes direcciones. Según lo esperado, los animales tendieron más a escoger los recipientes cuyos reflejos concordaban con los que les habían enseñado a escoger durante el entrenamiento.

¿Cómo beneficia a la langosta mantis este sistema visual único? Para empezar el agua está repleta de reflejos de polarización circular y ser capaces de verlos les ayuda a los animales a ver su mundo en un mejor contraste.

Pero Chiou encontró que las partes del caparazón de tres especies de la langosta mantis también refleja la luz con polarización circular. Ve, por ejemplo, qué tan diferente parece su cola bajo un filtro de luz de polarización circular hacia la derecha y otro hacia la izquierda.

Resulta revelador, que machos y hembras produzcan esos reflejos de diferentes partes del cuerpo que comúnmente son usadas como señales durante el cortejo. Chiou especula que las langostas mantis enamoradas usan la luz de polarización circular como un canal secreto de comunicación. También usan la luz de polarización lineal para este propósito y mientras muchos depredadores no pueden ver estos códigos, son muy visibles para el calamar, la sepia y el pulpo que se alimentan de langostas mantis. Los animales evitan ese riesgo usando un método de señalización que solo sus ojos pueden ver.

Chiou también notó que algunas especies, incluyendo la hermosa langosta mantis pavorreal, son más sensibles a la luz de polarización circular que otras. Su comunicación puede ser tan secreta que incluso otras langostas mantis no la pueden ver.

Referencia.