Los efectos de la hipertensión arterial afectan principalmente las arterias pequeñas.
La mayor parte de los vasos retinianos son de pequeño calibre (300 μm o menos) y permiten al médico analizar los efecto in vivo de la presión arterial elevada.
La fluorangiografía permite calcular con precisión el calibre de los vasos, da una medida sensible de la competencia vascular y ayuda a valorar los cambios en la hemodinámica retiniana.
Cuando la presión arterial se eleva en forma marcada durante períodos prolongados, la isquemia (falta de riego sanguíneo) daña la microvasculatura retiniana y pueden ocurrir hemorragias, edema y exudados grasos, que es una extravasación de líquido hacia la retina.
Referencia
- Phillips, C.(1986). Oftalmología Clínica, Editorial Interamericana.
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