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27 octubre 2010

Sobrevivimos a nuestros ojos

Algunos científicos dicen que nuestros ojos se deterioran más rápido que el resto de nuestro cuerpo a medida que envejecemos. Mientras ahora disfrutamos de vidas más largas, sobrevivimos a nuestros ojos, dicen investigadores australianos.

El resultado es que ahora que el hombre vive muchos más años que sus ancestros, sufre de visión nocturna deteriorada e incluso ceguera.

El profesor Jonathan Stone, que trabaja en el Centro de Visión de Australia, dirige un equipo de investigación que busca la manera de prolongar la vida de los fotorreceptores en la retina.

Cada ojo, dice, empieza su vida con unos 150 millones de fotorreceptores al nacer, pero estos empiezan a morir a un ritmo de varios cientos diariamente, lo que explica porqué la visión de una persona se deteriora a través del tiempo.

Muchas personas conservan unos 100 millones o más fotorreceptores en cada ojo a la edad de ochenta años, pero para otros su visión para entonces ha empezado a deteriorarse.

"Las personas ahora viven más tiempo como resultado del mejoramiento de los estándares de salud, así que se necesitan nuevas técnicas para hacer más lento el deterioro de los fotorreceptores, los cuales no crecen nuevamente," dice el profr. Stone. "Estamos explorando formas ambientales para estabilizar estos fotorreceptores en la novena y décima década. "Todo esto se trata de preservarlos tanto como sea posible en edades avanzadas. "

Como parte de su investigación, está buscando si los alimentos ricos en antioxidantes pueden ayudar a proteger los ojos contra el daño causado por la luz.

Su trabajo también incluye averiguar si el ojo se beneficia de un ambiente rico en oxígeno. Altos niveles de oxígeno, señala como ejemplo, protegen a los fotorreceptores y tienden a hacer que respondan mejor.

Aparte de la genética, dice el profr. Stone, el ritmo al cual una persona pierde sus fotorreceptores está determinado por la cantidad de exposición al sol durante su vida. Las personas mayores de 20 años deberían usar lentes de sol siempre que estén afuera en la luz fuerta, sugiere.

Sin embargo, los adolescentes necesitan exposición a la luz mientras sus ojos se están desarrollando para prevenir el desarrollo de la miopía. Entonces se trata de encontrar el correcto balance entre mayor actividad al aire libre en la juventud para prevenir la miopía y mayor uso de protección contra la luz en forma de lentes de sol para prevenir el daño relacionado con la edad.

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